Otear la estepa, olfatear el rio,
buscando tus ojos enamorados, que prometen otras borduras
las uñas dulces, las lanzas desflecadas,
para olvidar la afrenta, otra vez.
Corazón y gozo ya intuían las máscaras
que conocen la cueva en dameros quebrados
Todo por atrapar tu espalda...
que se diluye entre las piedras, limadas con mis yemas.
Sin principios. Sin mis brotes
lunes, mayo 28, 2007
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