lunes, abril 28, 2008

Tesis final, o al final la tesis

No he concluído totalmente la tesis final de mis trabajos 2007, creo porque es un tema que se construye y transforma a sí mismo con cada vivencia y experiencia que estamos atravesando como hombres y mujeres. De todas formas aquí va:


Objetivo:
Con mi investigación y a través de estos pensamientos más o menos acomodados voy a intentar dar cuenta de un problema que está instalado en la humanidad desde sus inicios y que a través del tiempo y las diferentes manifestaciones culturales, sociales, de organización familiar y de proyectos individuales ha ido transformándose acompañando los tiempos.
Se trata del conflicto entre lo femenino y lo masculino y toda la serie de matices en cuanto a poder y libertad atraviesan estos dos tópicos. El tema es amplio, por cierto, y por lo tanto, dada mi condición femenina y la vivencia en carne propia de muchos de estos conflictos en cada uno de los ámbitos privados y públicos en los que me muevo, he decidido encarar este trabajo concentrándome en la problemática de la mujer actual, profesional, madre, de mediana edad y que intenta llevar adelante una pareja en libertad.
Esto no implica que desconozca, y de hecho lo he investigado y abordado desde diferentes bibliografías, los nuevos parámetros que debe enfrentar hoy el hombre en sus roles sociales e individuales y en relación con una pareja. Creo que es también una importante cuestión por analizar pues creo que también el hombre y su masculinidad se enfrentan a nuevas formas de abordar su individualidad, su ser social y su relación en y con lo femenino.

En última instancia creo que es “lo humano” aquello que hoy se está redefiniendo en su relación con los nuevos problemas que nos plantea la globalización y la localización puntual de ese humano en su sociedad. Creo que más allá de cursilerías deberemos rescatar al “amor” como bien supremo a preservar de cara al futuro , hacia una sociedad que parece querer alejarse de, justamente, lo humano, a fin de que podamos encontrarnos unos con otros en libertad trabajando por el desarrollo y bienestar de los otros. Esto no será posible sin una nueva definición de lo femenino y lo masculino, de las relaciones de poder con que se visten hoy estos dos conceptos, y sin volver a preguntarnos: ¿qué es ser hombre? ¿qué es ser mujer? ¿qué es formar una pareja? ¿qué es el amor? ¿qué es una familia? ¿cómo equilibro mis expectativas individuales con las del grupo al que pertenezco? ¿qué es el éxito y para qué sirve? ¿qué tipo de sociedad queremos? ¿qué tipo de estructura de trabajo rescataría lo humano por sobre lo productivo? ¿qué es la igualdad entre el hombre y la mujer? ¿estamos hablando de las mismas cosas?

Las preguntas que surgen frente a este tema se hacen infinitas, pero a fin de acotar la visión a un punto y que este trabajo resulte con un par de ideas expresadas teniendo esta visión macro como referencia, intentaré elaborar algunas ideas que lleven un poco de luz al problema.



Idea Central:
Las luchas del feminismo y sus planteos se encuentran hoy agotadas, las mujeres hoy necesitamos nuevas formas de abordar los temas de género sin renegar de nuestra esencia femenina y nuestras propias visiones (coloreadas por estas mismas cuestiones de género) sobre la maternidad, el compromiso social, el trabajo y la pareja e hijos.
El machismo y sus planteos se encuentran hoy también agotados, pero no podemos negar que, aunque desde la teoría se han superado muchas barreras, en la práctica vemos todos los días resabios de situaciones cargadas de esta coloratura.
La pregunta es: ¿queremos las mujeres una igualdad planteada en términos masculinos? Definitivamente, no. ¿Pero cuáles son nuestras propias expectativas al respecto? Es esto aquello que debemos resolver, qué es lo que queremos .

Mi tesis es que las respuestas están en el punto medio, el más difícil de sostener y definir, aquella tierra intermedia donde el tablero se vuelve difuso y donde la porosidad de los temas permiten que se filtren infinitas cuestiones y matices. No obstante ello, sostengo que es posible, y la vida diaria y anónima de muchas mujeres que conozco así lo testimonian
.

No existen declaraciones de principios ni leyes de cupo que ilustren estas situaciones, pero si miramos a nuestro alrededor vamos a ver a muchas mujeres que en su vida cotidiana, junto con otra tanta cantidad de hombres, han construido un equilibrio dinámico que busca permanentemente el punto medio. Y para complicar aún más las cosas sostengo que la solución que cada una encuentre , y ponga en práctica con ese otro que la acompaña, es tan valedera como cualquier otra, en tanto y en cuanto esa mujer esté respetando su libertad, su capacidad de elegir, su desarrollo individual, su compromiso con la sociedad en la medida que ella misma se fije, sea fiel a sus elecciones personales en cuanto a cómo llevar adelante, o no, una familia, una pareja, una profesión. Creo que habrá muchas respuestas de vida y, vuelvo a sostener, no un recetario o una declaración de principios, a este tema.

Por lo tanto mi tesis es sólo una de las tantas respuestas posibles, y que espero , me sirva personalmente, le sirva a otras mujeres y a aquellos hombres que hoy también buscan respuestas para enfrentar a esta sociedad globalizada que nos increpa para ser eficientes y rentables. Esta no es una visión poética, creo firmemente que se pueden poner en práctica las ideas que voy a abordar, y de hecho sobrevivir materialmente al intento, esta es una visión “proyectada”, una posibilidad por la que trabajo y por la que muchas mujeres , que lo saben intuitivamente, hoy en día luchan.

Desarrollo:
¿qué es el punto medio/tierra intermedia?

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